viernes, 31 de julio de 2009

Viaje al rancho de los abuelos

Continuando con las anécdotas, al principio de Julio, esta vez toca comentar de un viaje.
Everardo, su hermana (Rocío) y yo, salimos a la ranchería de sus abuelos, el Callejón de Carrisalillo cerca de Chicontepec, un pueblito cercano al área de Tantoyucan, Veracruz; un lugar muy agradable y tranquilo, completamente ajeno a la vida urbanizada de la ciudad.

Pasamos cuatro días ahí, comiendo muy bien, respirando aire puro, y ya que tuve la oportunidad de llevar la cámara, tomando fotos de todo lo que pude, aquí les dejo unas pocas para que observen un poco de la naturaleza, la vida tranquila de pueblo y a la familia de Ever y Roxy; si pueden traten de imaginar que están ahí sin apuraciones, ni prisas, ni compromisos, ni nada estresante, solo disfrutando el sol, el aire, el día y el color verde.

Y como ejemplo podemos empezar con estos arboles de cedro, no solo son altos y coloridos, sino también muy impresionantes, aunque al momento de llegar fue un poco des concertante, pues el olor que despiden las flores de los árboles de cedro blanco es muy penetrante, y en mi caso hasta ese día era desconocía; se equilibra un poco con el aroma de los jazmines, pero eso es después.

Como decía, en la ranchería, todavía se trabaja la tierra, se va a la milpa y se ordeña a las vacas exactamente como se hacía a principio del siglo XX, por lo que nos comentaron, desde que se abrieron caminos para las camionetas, hay agua potables y las escuelas y el sistema de vacunación están funcionando toda ha mejorado, pero el trabajo diario sigue siendo el mismo.

Esta es la parte alta de la iglesia del callejón, el ángulo no es muy bueno, pero la pude tomar de cerca, y aunque es pequeña, queríamos pasar a ver el interior, pero la estaban arreglando.

Los caminos que conectan a otras rancherías en las cercanías del pueblo son varios, y muy largos, algunas personas se han puedo de acuerdo para ir de ida y vuelta al pueblo en grupo en las camionetas.

Por el calor tan intenso en verano, las casas son hechas de materiales frescos que dejan pasar el viento y que dan esta imagen tan tradicional y sencilla.

Aquí vamos en grupo a conocer la zona en el primer día, visitamos la escuela, a los vecinos y aproveche para detenerme a intervalos tomando fotos más detalladas.

Estas flores rojas y coloridas abundan por todo el pasto, aquí tome una de cerca, por si alguien puede decirme el nombre propio de la planta, pero de hecho hay muchas y muy variadas en tamaño y color.

Aquí tomamos un descanso en casa de una de las vecinas, pues tan solo con el calor del sol ya nos habíamos cansado de ir subiendo por el cerrito.

Esta gallina y este pollito, incluso este grillo, solo son ejemplos de todos los animalitos que andan libres por todas parte, de día y de noche por el camino.

El camino que se va al centro es una parte que recorrimos al salir de la casa de los abuelos y al fondo se pueden ver uno de los cerros que forman parte del paisaje eventual.

Aun que aquí se distinguen bien los árboles, espero que tanbién noten lo abundantes que son las flores y los techos de las casas ahí mismo, solo que la foto no hace justicia al número de ninguno y las palabras no me alcanzaría para describir la fragancia de las flores que llenaba todo el aire.

Ya como habíamos avanzado un poco más pude usar el zoom para tomar una foto de la iglesia de lejos, con un mejor ángulo, como decía la están reparando, aun así el blanco de la iglesia y el verde de la naturaleza luce como un buen contraste.

Aquí no se distingue muy bien, porque nadie se animó a acercarse al árbol mientras tomaba la foto, pero en hueco que tiene con un poco de trabajo puede entrar una persona, para que calculen el tamaño.

Este cerro más cercano es parte del recorrido que hicimos en esos días conociendo el lugar, aunque se ve nublado en realidad sobre nosotros esta totalmente despejado con un sol abrazador.

Ya en el camino de regreso del paseo vi este árbol viejo, de apariencia interesante, esta foto me gustó mucho, pero ya no tuve tiempo de tomar desde más ángulos.

También vimos unos puerquitos tratando de refrescarse en el lodo, estaban tranquilo y cansados por el calor y no los culpo.

Por si no conocían los coyoles, son estas frutitas parecidas a pequeños cocos que se dan por toda esta parte del estado, yo quería probar unos pero aun estaban verdes.

Y este es uno de los jazmines que mencione, no solo muy aromáticos y dulces, sino que además son muy relajantes, no se si fue el perfume de la flor por lo cansado de la caminata o por el calor, pero cuando esta disfrutándolo casi me quedo dormido.

Estas son las pozas de agua, que usan como presas para el ganado, para lavar y para tomar en tiempo de sequía cuando no había bomba.

La prima de Ever quiso que le sacáramos foto a uno de sus pollitos, y aprovechando ahora tal vez se haga famoso en Internet.

Ya es el último tramo del camino, pero aunque la casa de los abuelos estaba a menos de 15 minutos nos sentamos un momento en un tronco antes de volver.

Aquí esta mi osito, dispuesto a continuar a pesar del calor y de todo lo demás.

Como decía, las flores son muy abundantes en toda el área.

Y la casa de los abuelos muy bien adaptada al calor.

Tome varias fotos del atardecer y del amanecer del siguiente día, aqui estan algunos ejemplos.

El Domingo luego de un cafecito con pan, fuimos a Tantoyucan... pasamos al colegio Netzahualcoyotl para ver lo de las votaciones y después a la iglesia, al parque y al tianguis, nos detuvimos a comer un caldo de borrego y unos tacos, muy llenadores y económicos, en el recorrido del tianguis aproveche para ver y probar el jugo de caña, el agua de coco, los dulces y el zacahuil, mientras los demás compraban.

Luego de terminadas las compras como aun faltaba una hora para volver aproveche para probar una enchilada de pollo asado, y si lo anterior estuvo delicioso, esto fue mucho mejor, solo lamento que fue día de ley seca, porque no pude completar la comida con una cervecita, pero al menos pude tomar una foto del panorama de Tantoyucan al salir de la fonda, y también muchas de la carretera, pero con una basta para muestra.

Aunque si me pongo a hablar de comida en primer lugar esta todo lo que la abuelita abe preparar, no solo es delicioso y llenador, sino que esta complementado con unas tortillas recien hechas que san mas gruesas que una gordita pelliscada, y cuando nos sirvió un adobo no pude contener y me acabe el caldo yo solito, ni importo lo picoso que estaba.

Ya en la noche que fue día de luna llena tomo un par de fotos y ya que el abuelo de Ever me animo, también tome varias del interior de la casa de los abuelos y de la tiendita, el altar con los santitos.

El siguiente día estubimos caminando por el monte otra vez, yo ya estaba sin energía, pero unas buenas naranjas recien cortadas del árbol me reanimaron mucho, no podrían ser más fresca esa fruta, tambien había platanos y coyoles pero estaban verdes.

Ya en el descanso, aprovechamos para la foto familiar de Ever, y de unas tomas rápidas en el camino de regreso, para ir a ver a los primos y comer un poco de pan recién hecho en horno de leña, bien calientito.

Incluyendo unas fotos de algunos animalitos más: un tordo, unas gallinas, un gato colado que se estaba metiendo en la casa y una lagartija besucona que estaba ya en el interior y que no nos quería dejar dormir, canturreando toda la noche, ya que hacen un ruido parecido a un murmullo como si succionaran o lanzaran besitos.

Al siguiente día fuimos a una de las ranchería vecinas a buscar unos guajes, de recuerdo y para usarlos de adornos y de cantimploras, pero aunque el viaje fue todavía más largo que los recorridos anteriores yo estaba más a gusto, porque puede tomar más fotos de aves, árboles, flores, paisajes y demás.

Ya ese día después de ver las noticias por la televisión nos preparamos de regreso y nos despedimos de la abuela de Everardo y Rocío y de su primita, y tomamos camino a Chicontepec trasbordando hasta volver.

Lo único que lamento es que entre tantas fotos justo el último día apenas antes de salir de la casa de los abuelos, vi una de una avecita parecida a un pájaro carpintero de plumaje verde esmeralda con plumitas doradas en cola y abdomen, pero justo al momento de tratar de tomarle una foto se acabó la batería de la cámara y ahí concluyó el viaje.

Nuestras Anecdotas

Hola lector(a) esperamos que disfrutes estas pequeñas anecdotas
Martín y Everardo.